Agradando al Padre
“y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”
(Mateo
3:17).
Cuando
Jesús descendió a las aguas del rio Jordán para ser bautizado por Juan el
bautista, El se sumergió en el en pleno propósito por Dios para su vida. El
bautismo de Jesús en la aguas del rio Jordán simbolizo su muerte y resurrección
perpetuas.
¿Te
has detenido a pensar que la ocasión cuando Jesús descendió a las aguas del Rio
Jordán, estas se desbordaban con los pecados de la humanidad? Juan el bautista
había bautizado a innumerables personas en el Jordán y figuradamente, sus pecados pasaban de ellos al
mar del perdón de Dios, así como desde las orillas de la ceguera espiritual,
uno podría pensar: “¡Que horrible! Jesús sumergido en pecado”. Jesús lo hizo,
sin embargo, para cumplir el propósito de Dios –redimir al hombre de todo
pecado- Jesús estaba exactamente donde Dios quería que estuviera. Haciendo
precisamente lo que Dios quería que hiciera.
Mientras
estaba Jesús firmemente parado pero precisamente donde Dios deseaba que
estuviera, los cielos fueron abiertos, y se escucho voz desde el cielo
diciendo: “Este es Mi hijo. Mi Hijo el cual Yo engendré, en quien tengo
complacencia”. No esperes que Dios hable a tu favor o provoque que otros vean
en ti quien eres realmente hasta que no estés dispuesto a pararte firme allí donde
Dios te ha llamado a estar, o entonces no tendrás que hablar a tu favor, pelear
por ti solo, cualquier fuerza que esté involucrada en la lucha, para que cedan
ante ti, provean para ti, te honren, te escuchen, y te obedezcan.
No
esperes que Dios abra los cielos y derrame su espíritu de poder y verdad,
sabiduría y justicia sobre tu vida a
menos que estés en el lugar donde se supone que debes estar. Cuando te pares
firme en el lugar que Dios ha destinado para ti, no tendrás necesidad de pelear
tus propias batallas sufrir la toma de decisiones, o preguntar si algo esta
correcto o equivocado. Dios te dará las habilidades que
necesitas. El pondrá en tu camino lo que necesitas tener, y no tendrás ninguna
duda para agradar al padre… debes obedecerle, aunque esto signifique tener que
defender a las aguas sucias de otra
persona.